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    Parte: 1, 2, 3, 4


    Un barrio de tráileres especial para los trabajadores inmigrantes ilegales de Termal, California, en el sureste de Valle Coachella, a una hora y media en automóvil de la frontera mexicana.
    Foto de Robyn Beck/AFP/Getty Images

    La inmigración es muy similar al comercio global de bienes y servicios. Tanto las pruebas económicas como la historia económica respaldan el criterio de que las fronteras abiertas con el tiempo revitalizan el crecimiento económico al promover la diseminación de nuevas ideas comerciales, nuevas tecnologías y nuevas formas de organizar la vida diaria. Sin embargo, cualquier persona que realizó un curso de economía básica sabe que las ganancias de las actividades comerciales se distribuyen en toda la economía, en tanto los costos están mayoritariamente concentrados. Lo mismo ocurre con la inmigración. La economía general se beneficia en última instancia, pero algunos sistemas escolares y comunidades locales soportan el mayor impacto de los costos iniciales.

    Sin embargo, hay señales preocupantes en el frente inmigratorio. Muchos inmigrantes ilegales y sus hijos apenas sobreviven en la marginación. Despidos, salarios impagos y otros abusos en los lugares de trabajo son circunstancias demasiado frecuentes. Las severas medidas adoptadas por el gobierno federal y los estados contra los inmigrantes ilegales indican que el riesgo de deportación es real y cada vez mayor. "Viven bajo la amenaza permanente de ser detectados y expulsados", dice Jagdish Bhagwati, economista de la Universidad de Columbia.

    En realidad, el endurecimiento de las medidas tomadas contra los inmigrantes combinado con la recesión podría llevar a reducir el mayor impacto de la inmigración ilegal, al menos por un tiempo. La razón es que debería haber menos inmigrantes ilegales en los Estados Unidos durante los próximos años. Por un lado, el endurecimiento de las acciones de gobierno está teniendo efecto. El Departamento de Seguridad Interior informa que las detenciones de extranjeros ilegales en la frontera mexicana disminuyó el 20 por ciento en el año fiscal 2007, señal de que "se producen menos intentos de cruzar la frontera ilegalmente". Las detenciones en la frontera han disminuido por tercer año consecutivo y en el mismo período las deportaciones aumentaron el 15 por ciento.

    Por otra parte, los inmigrantes ilegales son sensibles a las oscilaciones de los ciclos económicos. Cuando la economía es fuerte y los empleadores contratan mano de obra, los inmigrantes ilegales llegan a los Estados Unidos para trabajar. Pero cuando merma la actividad y los empleadores empiezan a repartir avisos de despido, los ilegales empiezan a volver a casa y disminuye el cruce de las fronteras. La tasa de desempleo entre los hispanos llegó al 6.5 por ciento en los primeros tres meses del año y saltó a un promedio del 7.2 por ciento, en los tres meses siguientes. La tasa de desempleo entre los hispanos alcanzó el 7.4 por ciento en julio. La cifra no solamente está muy por encima de la tasa de desempleo nacional del 5.7 por ciento si no también muy por encima de la baja tasa de desempleo entre hispanos del 4.9 por ciento, registrada en el cuarto trimestre de 2006.

    Los inmigrantes mexicanos se llevaron la peor parte. En ese grupo, la tasa de desempleo trepó del 5.5 al 8.4 por ciento durante el año pasado, según el Pew Hispanic Center. Las remesas -dinero enviado a casa por los familiares que viven en los Estados Unidos- también bajaron a medida que el trabajo se desvaneció y los ingresos se redujeron. El Centro de estudios inmigratorios (Center for Immigration Studies) estima que, tomada en conjunto, la población inmigrante ilegal declinó en 11 por ciento hasta fines de mayo 2008, después de haber alcanzado su punto más alto en agosto 2007. Dicho de otra manera, el Centro calcula que la población ilegal ha bajado 1.300.000, o sea a 11.200.000 hoy en día.

    Supuestamente Mark Twain solía bromear que la historia no podía repetirse pero sí rimar. Los debates actuales recuerdan en gran medida las luchas de principios del siglo pasado en cuanto a inmigración masiva. Y a pesar de alejarnos de una economía dominada por los ferrocarriles y el acero para marchar hacia otra definida por la informática y la biotecnología, la historia económica de la inmigración tiene un sabor familiar: es una historia de bonanza y no de quebranto.


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